El Señor Jesús dijo de Juan el Bautista: “Les digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista;” (Lucas 7:28).
Juan no sólo fue el último profeta del Antiguo Testamento, sino que según el Señor, fue mayor que los grandes hombres de Dios tales como; Isaías, Elias, Zacarías, Jeremías, y otros. Sin embargo, Juan jamás hizo ostentación de ese honor, al contrario, cuando los fariseos lo interrogaron acerca de sus credenciales él simplemente dijo: “Yo soy la voz de uno que clama en el desierto” (Juan 1:23).
Cuando Pablo habló de sí mismo, lo hizo en estos términos: “Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. (1 Corintios 15:9). En otra oportunidad dijo: “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo”(Efesios 3:8)